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Como ya hemos aprendido en Parte 1 de este blog la mística Amanita Muscaria ya se mencionaba por escrito, o más bien en imágenes, hace 50.000 años. Por lo tanto, es innegable que la conexión entre nosotros, los humanos, y este extraordinario hongo existe desde hace mucho tiempo. Pero, ¿qué ocurrió a finales de la Edad Media y, sobre todo, a principios de la Edad Moderna para que el agárico de mosca cayera en tal descrédito?
Siempre popular en el este y el norte
En su libro «Setas, Rusia e Historia», el Sr. y la Sra. Wasson distinguen entre pueblos micófilos (amantes de las setas) y micófobos (reacios a las setas). Los autores de este interesantísimo libro clasifican a los pueblos eslavos, y a los rusos en particular, como personas interesadas en las setas desde tiempos muy remotos, principalmente como alimento.
Los rusos han inmortalizado a menudo su amor por las setas en la literatura. Desde los clásicos de la literatura rusa hasta la literatura soviética, encontramos setas por todas partes, ¡incluido el Agárico! El gran interés de los rusos por las setas está profundamente arraigado en la historia de esta nación. Podemos encontrar pruebas de ello incluso en la literatura rusa antigua. La mención más antigua que se conoce actualmente de las setas procede de un «código de normas» de 1493, que dice: «Y en la semana de Feodor -los lunes, miércoles y viernes- la gente come pan, col y setas». Los agáricos de mosca también eran muy populares fritos en mantequilla o servidos con caviar.
Ya en el siglo XIV, innumerables habitantes de Letonia se adentraban en los bosques a finales de verano para recolectar setas de todo tipo. El agárico de mosca, que más tarde fue condenado como venenoso, no se abandonaba en absoluto. Las recogían y las secaban, y en invierno empezaban a comer los sombreros de las setas, que les aportaban buen humor y bienestar general.
Los letones colgaban sus setas en los abetos para que se secaran. Y observaban con regularidad cómo sus renos se daban un festín con las setas de manchas rojas y blancas. Después de comerlas, los cuadrúpedos a veces se comportaban de forma extraña: saltaban y parecían correr aún más rápido de lo que ya lo hacían. Con toda probabilidad, la combinación de ambas tradiciones sentó las bases del cuento de Navidad moderno.
Triste pero cierto: cómo el Agárico de mosca contribuyó a la caza de brujas
Incluso hoy, en el año 2024, las personas que conocen bien la fitoterapia y prefieren utilizarla siguen siendo vistas con recelo por algunos. ¿Cómo habría sido esto hace sólo unos cientos de años, cuando las escuelas y universidades estaban reservadas a unos pocos ricos y el amplio conocimiento de la medicina parecía sospechoso para muchos? Precisamente este recelo de la población fue utilizado por la Inquisición en la persecución de las brujas: las personas que conocían bien las plantas medicinales y su funcionamiento eran acusadas de estar aliadas con el diablo. Se inventaron historias por todo lo alto, como que estas brujas podían volar, lo que se suponía que servía como prueba de su adoración al mal.
El llamado ungüento volador simplemente ponía a las mujeres de las hierbas en un estado de trance en el que podían ponerse en contacto con sus antepasados. El hecho de que este ungüento contuviera a menudo, entre otras cosas, Agárico de mosca, ha dado desgraciadamente al hongo una muy mala reputación, ¡que realmente no merece!
A pesar de todo, en aquella época todavía había mucha gente que confiaba en sus clanes, parientes y curanderos y consumía Amanita muscaria, así como muchas otras hierbas, para curar una gran variedad de enfermedades.
La aparición de la medicina moderna
Hace unos 200 años, la medicina convencional moderna apareció en escena e hizo que la gente olvidara en masa lo que les había funcionado bien durante siglos. La aspirina, las pastillas antiparasitarias y los antidepresivos triunfaron, y la herboristería desapareció temporalmente casi por completo de la mente de la gente. Por supuesto, las empresas estaban encantadas de apoyar esto, y así el cáñamo pronto se consideró una droga, la manzanilla inútil y el Agárico de mosca venenoso e incluso mortal. Probablemente esto tenga menos que ver con el éxito real de las plantas en cuestión que con intereses monetarios, pero no vayamos por ahí…
Redescubierto y en alza: El polifacético Agárico de mosca, un remedio milenario contra el dolor y los problemas de sueño
Pero, afortunadamente, en las últimas décadas hay un puñado de personas, entre médicos e investigadores, que se han centrado cada vez más en la medicina vegetal. No todo puede ser malo cuando se trata de tomar pequeñas cantidades de Amanita muscaria; al fin y al cabo, el polifacético Agárico de mosca es un remedio milenario contra el dolor y los problemas de sueño. Por ello, el agárico de mosca está experimentando un renacimiento del que nos alegramos especialmente. Su potencial curativo es extremadamente amplio y se tolera excepcionalmente bien, siempre y cuando se sea consciente del potencial de la microdosis de Agárico de mosca ¡potencial!
